Es una de las cosas buenas que tienen los eventos de este tipo. Tras unos cuantos meses de silencio, volver a retomar este humilde colector de pensamientos se lo debo a AR&PA. Hoy se ha inaugurado la feria (o bienal); mañana empieza el congreso, al que me he apuntado. Pero esta vez estaré atento a todo lo que tiene lugar fuera del salón de actos ocupado por los congresistas; y hoy ya empezaba lo bueno. A los que pagamos la asistencia se nos facilita la entrada a la feria, pero como eso no es hasta mañana, hoy había que buscarse la vida. Conseguí entradas con facilidad, pero era mucho más sencillo: por internet puede acreditarse cualquiera como profesional. Supongo que entrar en AR&PA es casi como comprarse un coche de marca Renault en Valladolid: raro es pagar el precio entero.
Tuve ocasión de entrar un rato ayer, cuando todavía estaban montando los pabellones. La verdad es que el mundillo de la arquitectura efímera pierde bastante de su encanto si uno se fija en el proceso. Todo prisas de última hora, y lo que acaba pareciendo un tabique-escultura, en realidad es un compendio de maderos, cartones, telas y algo de pintura. Y muchos de esos materiales se acaban tirando a la basura después. Pero hoy ya estaba todo terminado y pulcro; demasiado pulcro; los espacios vacíos superan a lo lleno; esto de la crisis afecta, y una buena parte de quienes están presentes casi casi lo hacen obligados; y el diseño, en algunos rincones, brilla por su ausencia. Pero AR&PA es un gran escaparate para el gobierno autonómico, y eso garantiza su continuidad, aunque sea cada vez con menos.
Ignoro la razón por la que el programa de actividades que circularon ha cambiado sensiblemente a ultima hora. Me ha tocado pulular durante un buen rato hasta que me he hecho con un programa actualizado. La consecuencia mala, aparte de un pequeño desfase en mis previsiones, ha sido la pérdida de una de las conferencias, que creo que se dará otro día. Pero la buena ha sido que he tenido unos minutos para apuntarme a uno de los talleres sobre la cal de Laurent Coquemont, reconocido experto (en teoría y, sobre todo, práctica) en materiales de construcción no industriales, para el domingo, y hasta he hablado un rato con él. Me ha hecho ilusión.
Lo interesante de AR&PA (habrá tiempo para hablar de lo no interesante) es la heterogeneidad (cada vez menor, ciertamente). Hay cuatro pequeños sitios para las conferencias, hay pabellones institucionales y empresariales, y hay minitalleres de artes y oficios. Lo primero a lo que asistí fue una exposición del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals (IVC+R) sobre restauración textil; puede que a un arquitecto eso no le toque muy de cerca, pero nunca se sabe cuándo puedes tener la posibilidad de examinar unos ropajes litúrgicos y decidir si están en condiciones de exponerse en alguna capilla de una iglesia; los arquitectos hacen de todo, y es mejor tener al menos una pequeña idea.
Después me he metido a ver qué decían los del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Sólo era un charla informativa, pero como estoy pendiente de algunos asuntos que los conciernen (el Plan Nacional de Arquitectura Defensiva, por ejemplo), quise ver si me enteraba de alguna cosa útil. Los recortes presupuestarios les afectan mucho; eso quedó claro.
Luego estuve viendo qué ofrecía la empresa Tecnum, que no conocía de nada. Es una consultora-ejecutora más, y el tema sobre el que trataron no me aportó nada nuevo (estudios integrales previos a una restauración, y tal), pero al menos me he enterado de que existe, y además uno de los que hablaron coincidió conmigo en la carrera.
A continuación, he visto la presentación de un sistema de sofware modular fotogramétrico creado por el GIFLE de la Universidad Politécnica de Valencia. La eterna confrontación entre el escáner láser y la fotogrametría por pares de puntos. Parece que las diferencias en precisión son pequeñas, y una cámara de fotos la tiene cualquiera, pero lo del sensor inercial y demás aparatos queda bastante lejos de mis posibilidades. Además, sigo pensando que el levantamiento gráfico no es lo más importante en un proyecto de restauración.
Me ha gustado lo que nos ha contado la empresa Kimia. En el fondo tampoco era nada nuevo (refuerzos de estructuras murarias a base de relleno de cal hidráulica) pero han sido los únicos que han ofrecido algo de documentación (al menos, unos folletos publicitarios) y un boli de regalo. Y como parece que este año me he ido derecho a la cal, pues he aprendido cosas interesantes, como que el mortero bastardo (cal con cemento) transpira peor que el de cemento solo. Es decir, o cal, o cemento.
Y por último, porque era ya el único que quedaba hablando, me he acercado a donde se presentaba una revista llamada Atticus, especie de blog cultural que ha derivado en publicación física, sobre papel. Esperemos que tengan suerte.
Me he perdido bastantes cosas; una lástima que haya tantos sitios en los que se hable a la vez (y también que hayan cambiado el orden de las intervenciones). Mañana empieza el congreso, y espero no equivocarme optando por las ponencias y comunicaciones en vez de por las cosas más diversas que se ofrecen en la bienal. Lo decidiré sobre la marcha.