El 29 de noviembre hablé por primera vez del Museo de Palenzuela (me gusta llamarlo así aunque todavía no exista y la legislación autonómica sobre museos, la Ley 10/1994, de 8 de julio, de Museos de Castilla y León, sea bastante restrictiva en lo que define como tal). Las reseñas sobre el 1% cultural y las ADRI también están directamente relacionadas con él. Comenté que, tras mis conversaciones con la gente de los ministerios de cultura y fomento, decidí realizar y enviarles una especie de dosier de presentación, para curarnos en salud antes de redactar un proyecto de restauración entero, y también para conocer mejor yo mismo el edificio. Se puede decir que comencé a hacerlo por esas fechas, en septiembre u octubre de 2009.
El primer problema con el que me encontré fue la carencia de experiencia previa en el tema. No porque no me guste escribir sobre monumentos, todo lo contrario; me hice un esquema mental en el que quería meter demasiadas cosas. Quería investigar la historia del edificio completo del Ayuntamiento con documentación archivística. Quería hacer un estudio comparativo con otras puertas de muralla de las cercanías. Quería justificar el derecho del municipio a las ayudas del 1% basándome en su proporción de BIC (tenemos tres: el castillo, el conjunto histórico y el yacimiento arqueológico prerromano) frente a los pueblos del entorno, con la ayuda de estadísticas y planos creados por un programa de SIG. Quería hacer un levantamiento gráfico completísimo. Quería componer fotoalzados rectificados a gran tamaño e incluso realizar un modelo tridimensional. Mucho para un documento que al final acabé llamando “Estudio Previo de Acondicionamiento y Musealización de la Torre del Reloj (antigua Puerta de la Muralla)”.
El segundo problema, y muy importante a la postre, fue que no me puse plazo. Simplemente iba avanzando poco a poco. Los del 1% cultural se reúnen tres veces al año para estudiar las peticiones que les llegan, así que si se te pasa una fecha, ves la siguiente todavía muy lejana, no haces nada, y se te pasa también. Esto seguro que a muchos les recuerda a ciertas asignaturas de la carrera de arquitectura. De modo que nunca me proponía un límite máximo de tiempo, y los meses pasaban sin que el trabajo avanzara lo que yo hubiera querido. Bueno, si lo hubiese querido de verdad, supongo que tendría que haberlo hecho.
Y como tercer problema, pogamos los imponderables. Por ejemplo, las visitas que tenía previstas a los pueblos con puertas de muralla me las quería tomar como excursiones, no sólo ir, sacar foto, y volver. Y el invierno pasado fue especialmente desapacible los fines de semana. Otro imponderable es que te surja algún pequeño trabajo inesperado que, en estos tiempos, no se puede rechazar. O que si tienes otra actividad habitual, como estudiar la Licencitura en Historia, las asignaturas te ocupen más tiempo del previsto inicialmente. O que te vayas de vacaciones en abril.
Bien; por hacer una reseña cronológica de la evolución de todo esto (lo mío es obsesión por el tiempo), digamos que mi primera excursión por pueblos (Arcos de la Llama, Sasamón y Los Balbases, en Burgos) fue el 29 de diciembre de 2009, día de lluvia torrencial, que tenía que acercarme a la zona por otros motivos. La segunda (Villamediana y Dueñas, en Palencia) no fue hasta el 30 de abril. Y la tercera y última (Santa María del Campo en Burgos, y Astudillo y Támara de Campos en Palencia) fue el 16 de mayo. Mientras tanto, iba avanzando despacito en otros menesteres. Las primeras mediciones para el levantamiento gráfico las había hecho en agosto, si mal no recuerdo, y para octubre tenía ya las plantas y una sección de la zona de la torre. Me cogí el mes de noviembre de medio descanso, mientras iba a un curso de ARCGIS. El 4 de diciembre me hice un reportaje fotográfico exterior del conjunto, con trípode, a partir del que fui componiendo un alzado rectificado, que di por terminado el 11 de enero. El 29 de enero volví para hacer fotos del interior y medir más cosas, pero estaba cerrado, y me contenté con fotografiar y tomar algunas medidas del exterior. El 19 de febrero me acerqué otra vez, y sí que puede acceder, pero andaba extraviada la llave de una de las dependencias (la del archivo), por lo que esa zona se quedó sin medir y sin fotografiar. Poco después tenía hechas las plantas completas del edificio, con algo de invención, pero no encontré tiempo o ganas para más secciones. Y a ratos, iba redactando una descripción del inmueble, una pequeña reseña histórica y artística del pueblo en general y de sus BIC, un comentario sobre las puertas de muralla que iba visitando, unas breves pautas de lo que pretendía hacer (que cambiaba a cada momento, hasta que finalmente decidí tirar por lo alto e incluir la reforma de toda la planta baja del ayuntamiento, donde está el archivo municipal), un presupuesto, metía fotos, etc. Y así, a finales de mayo, concretamente el 20, terminé; siete u ocho meses después. Presupuesto final: 180.000 euros, con el nuevo iva. El documento completo me ocupó unas treinta páginas incluidas las fotos, a lo que hay que sumar los planos que adjunté: plantas y sección parcial del ayuntamiento, plantas de las puertas de muralla que medí, y fotoalzado. Y lo llevé por duplicado al pueblo, para que lo enviaran a los dos ministerios. Creo que fue esa misma semana cuando el ministro de fomento anunció los grandes recortes presupuestarios; ya es casualidad.
El informe de contestación está fechado el 1 de septiembre de 2010, remitido por la Subdirección General de Gestión de Ayudas, Subvenciones y Proyectos del Ministerio de Fomento. Son sólo dos folios, y me dicen lo que más o menos ya suponía: que hace falta un presentar un proyecto de ejecución, que hay que adjuntar un compromiso de asumir el 25% de la obra, y alguna cosa más (ver la entrada Pedir: el 1% cultural). Pero me quedo con la satisfacción de que han considerado mi estudio previo “bastante completo”, literalmente. Bueno, de momento, tenemos seguro el dinero de la ADRI, y más adelante, ya veremos. Estoy empezando a planteármelo como una cuestión personal.